Nuestra historia ha estado marcada por los avances que, en todas las áreas del conocimiento humano, se han desarrollado a lo largo del tiempo. Desde los tiempos de Thales de Mileto, antes de la era común, pasando por Gilbert, Franklin, Volta, Ampere y muchos otros, hasta finales del siglo XIX cuando Thomas Edison presentó al mundo la bombilla incandescente, la energía eléctrica marcó un antes y un después en la evolución de los seres humanos.

La transición energética es, hoy en día, un pilar fundamental para garantizar la seguridad, diversidad de la canasta, cobertura e interconexión de las regiones en nuestro país. Las fuentes no convencionales de energía, principalmente aquellas de carácter renovable, serán el próximo potencial energético a nivel local e internacional.  Este cambio, además de los incentivos tributarios para los autogeneradores de energía y partícipes en la cadena de desarrollo, generará ventajas significativas para el medio ambiente, reducirá los costos de operación a medida que avance la investigación y desarrollo de tecnologías asociadas y, ampliará de la cobertura y acceso de aquellas zonas no interconectadas.

Dicha transición y, su posterior integración al mercado eléctrico, deberá realizarse sin descuidar el desarrollo de las fuentes convencionales de energía. Lo anterior, evitará el desabastecimiento eléctrico del país y, en este sentido, permitirá atender los incrementos en la demanda de energía mediante la nueva capacidad instalada.

Hoy en día las energías no convencionales se ubican en el segundo lugar de uso a nivel mundial, siendo superado su uso por el carbón. Esto refleja hacia dónde vamos. Según datos arrojados por la Agencia Internacional de Energía y otras entidades similares, el crecimiento en la demanda de energía alcanzará más del 70% en las próximas dos décadas, impulsada principalmente por las economías emergentes.

Los países más desarrollados han dado pasos importantes para impulsar la implementación de este tipo de energías. El Acuerdo de París, firmado por más de 200 países en 2015, el cual  entrará en vigencia este año, junto con los Objetivos de Desarrollo del milenio de la ONU demuestran la importancia de garantizar la sostenibilidad del medio ambiente a través de la transformación energética.

Ahora bien, es preciso recordar cuales son estas fuentes de energía limpia:

• Energía solar. Es aquella que se obtiene del sol. Este tipo de energía se divide en solar fotovoltaica (aprovecha la luz) y solar térmica (aprovecha el calor).
• Energía hidráulica o hidroeléctrica. Es aquella que se obtiene de los ríos
• Energía eólica. Es aquella que se genera con viento.
• Energía geotérmica. Es aquella que se obtiene mediante el aprovechamiento del calor al interior del planeta.
• Energía mareomotriz. Es aquella que se obtiene de las mareas.
• Biomasa y biogás. Es aquella que se extrae de la materia orgánica.
• Energía undimotriz u olamotriz. Es aquella que se obtiene de las olas.
• Bioetanol. Es aquel combustible orgánico que se obtiene de la fermentación de productos vegetales.
• Biodiésel. Es aquel combustible orgánico que se obtiene a partir de aceites vegetales.

Todos estos tipos de energía están allí, listos para ser aprovechados. Son fuentes de energía ambientalmente sostenibles, inagotables, mitigan el impacto en el cambio climático, reducen la emisión de gases de efecto invernadero; brindan autosuficiencia energética y, no están sujetos a decisiones políticas para regular su precio. 

Estos beneficios sumados a la capacidad empresarial para incorporarlos, suponen una oportunidad, no solo como fuente de energía limpia, sino como un modelo de negocio que brinde grandes beneficios a futuro.

¿Cómo está Colombia en ese aspecto?

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, nuestro país hoy ocupa el lugar número 25 en el mundo y el segundo en América Latina, detrás de Uruguay en el índice de transición energética, lo que nos permite ver los avances que el país ha tenido en los últimos años.

Actualmente, se promueven iniciativas gubernamentales para que en el país se desarrollen al menos 14 proyectos nuevos de energías renovables no convencionales para 2022. Proyectos que una vez concluidos permitirán al país pasar de 50 megavatios de capacidad instalada a 2500 megavatios, de acuerdo con las metas propuestas en el Plan de Desarrollo 2018-2022.

Este parece ser un panorama muy esperanzador. Sin embargo, estos son los primeros pasos. Aún nos falta mucho camino por recorrer pues el uso generalizado de energías no renovables representa la mayor fuente de abastecimiento en nuestro país.

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SERINGTEC es una compañía colombiana comprometida con la transición energética y brinda servicios que permiten a la industria nacional, desarrollar o transformar su infraestructura para incorporar las energías renovables no convencionales a su portafolio de servicios. Puede contar con nosotros para:

• Desarrollar asesorías en la identificación de oportunidades para el ahorro energético mediante el diseño y la valoración de la tecnología y aplicaciones que resulten especialmente apropiadas técnica y económicamente para la cobertura de la demanda eléctrica particular.

• Desarrollar proyectos con tecnologías de energía renovable que permitan satisfacer las restricciones medioambientales y que aporten confiabilidad y seguridad de suministro, mitigando el riesgo de la transición entre los métodos actuales y la implantación de las energías renovables.

• Estudios para establecer los ahorros energéticos y la implantación de medidas para alcanzar la eficiencia energética.

• Desarrollos de ingeniería para el proceso de sustitución de sistemas de generación con combustibles pesados y combustibles de menor impacto ambiental.