Ya habíamos abordado el tema del agua y su tratamiento para el consumo humano o potabilización y definimos 2 fuentes principales para llevar a cabo dicho tratamiento, en primer lugar tenemos las aguas dulces y en segundo lugar; las que hoy son objeto de nuestro blog, las aguas residuales, las cuales pueden ser domésticas o industriales. Las aguas residuales domésticas son las que generamos en nuestras casas producto del uso de baños, lavamanos, lavaplatos y lavadora, mientras que las aguas residuales industriales son generadas por el uso de agua en las diferentes operaciones unitarias de las actividades industriales como alimentos, petróleo, bebidas, siderúrgica, energía, entre otros.
Básicamente, el agua utilizada para las diversas actividades del ser humano y en específico de las tareas domésticas, luego de su uso, arrastran con ellas residuos sólidos, desechos orgánicos, detergentes, jabones y grasas; contaminantes que deben ser retirados o eliminados con el objetivo de que el agua vertida o residual no afecte el entorno, las corrientes superficiales, las aguas subterráneas y con ello las mismas actividades humanas, que harán uso de las fuentes de agua dulce disponible.
También denominadas aguas servidas, aguas negras, aguas grises, las aguas residuales domésticas son portadoras de materia orgánica, tanto en suspensión como en disolución, normalmente biodegradable, y también cantidades importantes de nitrógeno, fósforo y sales minerales, arenas, aceites, grasas y sólidos de variada procedencia, jabones, detergentes, etc. En términos generales, la materia orgánica contenida en el agua será descompuesta por las bacterias aerobias y anaerobias, dando origen a continuos cambios en las características del agua.
Como parte del contenido orgánico de sustancias biodegradables presentes en las aguas residuales se encuentran los compuestos nitrogenados como las proteínas, la urea, algunos aminoácidos, aminas que pueden alcanzar un 40% del contenido total. Complementando, los compuestos no nitrogenados como las grasas y jabones en un 10 a 15%, y los carbohidratos en un 30 a 50%.
Las proteínas son extremadamente complejas y se encuentran en toda materia viviente animal o vegetal, los hidratos de carbono se encuentran formando azúcar, almidón, algodón, celulosas y fibras vegetales; los hidratos de carbono en el papel higiénico y el algodón son altamente resistentes a la descomposición, las grasas también son difícil de descomponer.
La presencia de organismos patógenos, provenientes en su mayoría del tracto intestinal de los seres vivos, hace que las aguas residuales sean consideradas como peligrosas, sobre todo al ser descargadas en la superficie de la tierra, subsuelo o en cuerpos de agua. Se puede tener presencia de bacterias del grupo entérico que producen enfermedades de origen hídrico como: fiebre tifoidea, paratifoidea, disentería, cólera, entre otras.
Entre las principales enfermedades causadas por virus presentes en las aguas residuales están: la poliomielitis, hepatitis infecciosa, entre otras, y la presencia de microorganismos producen enfermedades como disentería amebiana, esquistosomiasis, y en algunos casos algunos tipos de coronavirus, entre otras.
De ahí la importancia de contar con una planta de tratamiento de aguas residuales o PTAR, donde el agua residual llega por medio de tuberías de gran capacidad, en las cuales tanto el agua como los residuos en suspensión acumulados pasan libremente hasta estanques en la planta de tratamiento, en donde es almacenada para el proceso posterior de filtrado y descontaminación.
Después viene un proceso donde el agua pasa por una serie de cámaras, en las cuales se realizan diferentes niveles de filtrado, en los que se separan partículas cada vez más pequeñas, para proceder a una etapa de estancamiento en la que por medio de un proceso que puede ser aerobio o anaerobio, se realiza la sedimentación de los contaminantes presentes en el líquido, un paso fundamental en el proceso.
Como resultado tenemos agua clara, lista para el tratamiento final a base de químicos que eliminan los residuos contaminantes disueltos en el agua. A grandes rasgos este comprende el ciclo de limpieza y descontaminación del agua, el proceso final es evaluar la composición del agua resultante, para compararla con la del afluente en el cual será vertida, de manera que esta se adapte adecuadamente al entorno sin afectar su estado natural.
A pesar de todos los esfuerzos y avances tecnológicos, el crecimiento y desarrollo de la sociedad plantea cada vez más retos que crecen con el transcurrir del tiempo, hoy en día se ha detectado un problema en las aguas residuales domésticas; son los fármacos, que se están constituyendo en contaminantes emergentes no regulados por legislación alguna y cuyos efectos sanitarios y ambientales en los vertidos aún son desconocidos y cuentan con pocos estudios, por lo que aún no se generan procesos adecuados para lograr su eliminación, reducción y control, en este sentido, se han identificado numerosos compuestos farmacéuticos y sus metabolitos, tanto en aguas residuales como en ríos y otras corrientes superficiales e incluso en aguas potables tratadas. En Europa, en los ríos se ha detectado que transportan cocaína, éxtasis, antibióticos, antiinflamatorios y un sinfín de drogas y fármacos.
Como conclusión, debemos recordar que la importancia del tratamiento y descontaminación de las aguas residuales radica en la posibilidad de devolver el líquido a afluentes naturales, sin que represente un peligro para los seres vivos que tengan contacto con él, lo que constituye una forma de aprovechamiento del vital líquido, sobre todo en países que presentan escasez de este, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental.
ESQUEMA DE PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES
